Kaïsha es mi hermana mayor. Escribe desde que tengo conciencia. Me cuida. Me da todo lo que espero y siempre espero que todos estemos bien.
(Dicen de los artistas)
Dicen que por ahí andan…
entre las sombras estiradas de los eucaliptos
con sus troncos blancos doblegando el viento norte,
abriendo imponentes la distancia,
emulando proas tozudas de mares imaginados.
Dicen que cada tanto brotan de nuevo
de entre los rastros secos de sus pinceles
hamacando acuarelas de aguas duras,
tiñendo el cauce barroso y las chilcas enredadas
con un ocaso celoso de relinchos que se apagan.
Dicen que algunos descansan
en las estelas delgadas de sus huellas digitales
rodeando las cinturas abrazadas por los tientos
y las bocas abiertas de los cacharros
que esperan pacientes la lluvia, colando el sol de las siestas.
Dicen que otros estallan en las gargantas
cuando el fogón eleva las chispas calentando a voces el aire
mientras las palmas ásperas redoblan las cajas de las guitarras
y el canto reclama versos a la memoria
o añora amores desencontrados.
Y dicen que están aquellos que depuran emociones
desnudándonos el alma en improvisados renglones
capturando años de historias casi todas inventadas
imágenes infinitas
vivencias apasionadas…
todo en las frágiles siluetas, que dibujan con palabras.
Kaisha
(la hija de los sillones de cuerina roja dibujados con birome)
Agosto’2009.
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